La venta de automóviles precisaba innovación y creatividad. La competencia exige nuevos métodos de comercialización, nuevas estructuras, nuevos atractivos. Lo que diseñó Autobahn Motors en Singapur responde a estas demandas. Creó “la mayor máquina de vender coches de lujo del mundo“: un edificio que entrega vehículo como si fuese una máquina expendedora.
La diferencia principal es su contenido. De ella se pueden extraer modelos exclusivos, lujosos y distinguidos. Deportivos Ferrari, Lamborghini, Porsche, Alfa Romeo o Bentley, o vehículos clásicos de automotrices como Morgan o Rolls Royce. Los automóviles se conservan, se exponen y se reparten en una gran plataforma inteligente que recibe de nombre técnico Automotive Inventory Management System (AIMS): son 60 unidades distribuidas en 15 plantas y cuatro columnas.